Thursday, November 27, 2008

ARAÑANDO LA PARED CON MI CUCHARA



Arañando con una cuchara la pared de su celda durante años, ha habido prisioneros que han conseguido escapar de su cárcel.



Puedo arañar también, partícula a partícula, clientes, trabajo, conocimientos, intimidad...

Es una milésima, pero cuenta. Cuando queda hecho el tunel, cada cucharada de cemento ha contado, cada arañazo con su infinitesimal socabamiento.

La fuerza para esa constancia la da el deseo, alimentado por la imagen de la libertad conseguida: ver el otro lado, con la imaginación.

¿Nutro cada día mi deseo?

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