Wednesday, November 21, 2007

IVAN KLIMA Y EL PROGRESO DEL MAL


La vida de Iván Klima, escritor judío, nacido en Praga, ha estado presidida por la presencia del mal. De niño, tuvo conciencia de su condición de judío cuando le colocaron la estrella de David en el pecho y se vió sometido a un creciente número de prohibiciones. Prisionero en un campo de concentración durante la guerra, salió a los catorce años. Con los comunistas no le fue mejor. Condenaron su obra y tuvo que pasar de autor de teatro a basurero. "Trabajaba en el nivel más bajo de un hospital, limpiando sangre y recogiendo vendas...Llevaba la basura a un enorme incinerador: vendas ensangrentadas, gasas llenas de pus, pelos, andrajos, algodones, plásticos. Una vez la basura no llegó a quemarse, una corriente la levantó por el aire y la basura se posó en los arboles y entró por la ventanas… Entendí que la basura siempre vuelve."

Se ha interrogado sobre la frontera entre el bien y el mal. "La frontera está en ese momento en que uno le hace daño a otro. La cuestión es que en el amplio abanico del mal, un estadio te lleva a otro. El mal es progresivo. Muchos nazis y comunistas empezaron con un mal menor y acabaron asesinos...Uno debe guardarse de acostumbrarse a la inmoralidad cotidiana".

Es así, en verdad. Uno no quiere ser tachado de "intransigente" y -por simpatía- a veces transige con lo que no estima correcto. Pero transigir es un camino que puede no tener fin. No se puede transigir con el mal, con lo mal hecho, con la chapuza, con la trapacería o la trampa. Aunque aparentemente no perjudique a nadie, siempre resulta dañado el bien: lo bien hecho, lo trabajado, lo justo. El cuidado en estos pequeños asuntos, mantiene la frontera del mal alejada y nos cuida de esa enfermedad degenerativa.

El mal y el adulterio, por ejemplo. Hoy en día, la propia felicidad parece un bien absoluto. Sólo si nos hace felices tiene sentido la vida en pareja. Parece que uno tiene derecho a conservar en todo momento la libertad de elegir, aún si está casado y tiene hijos, optando por su propia vida.

"Uno vive feliz con su mujer, sus hijos, y de repente puede conocer a otra persona y enamorarse. Le ocurrió a mi mujer, y después, a mí. He llegado a la conclusión de que uno debe luchar por mantener la unión. La familia es la piedra angular de la sociedad, su destrucción amenaza con desintegrar la sociedad. Además, creo que tenemos una responsabilidad hacia las personas que amamos. Estoy feliz de seguir con mi mujer, las crisis nos han fortalecido. Los amigos que han vuelto a casarse han repetido la historia, son infelices y se han alejado de sus hijos".
Parece una ética anticuada hoy, pero tras estas palabras hay algo cierto: la importancia de la familia, de los hijos, como bien elegido por nosotros, bien de alguna forma superior y que justifica el constante esfuerzo por superar las crisis.

Frente a ello ¿dónde queda la libertad? ¿en qué consiste? "En comportarte de acuerdo con tu conciencia. No te la da el dinero ni la fama, sino...la posibilidad de elegir el mal o elegir el bien".

Tomo estas palabras de una entrevista en "La Contra", de la Vanguardia, hoy. Los subrayados los pongo yo. Me parecen unas reflexiones importantes, y que justifican el interés por acercarme a la obra de este escritor.

2 Comments:

Blogger Unknown said...

Al hilo de tu comentario, he estado hojeando el único libro que he leído de Klima,(que también es el único que se ha publicado en España, que yo sepa)y en el que narra eaa época en la que trabajó como basurero. Se trata de Amor y Basura (C. de Lectores, 1992). Lo he hecho porque las frases que has citado del autor, me sonaban vagamente y he pensado que hablabas de tu lectura del libro hasta que he visto que lo hacías de una entrevista. He visto que subrayé algunos pasajes cuando lo leí y me ha sorprendido su similitud con las que tu has citado. Fíjate: " No sé por qué abandonar a alguien tiene que ser un acto más libre que permanecer con él" (pág 152); "Muchos hablan de libertad, lo hacen más fuerte aquellos que se la niegan a los demás (...)Cada vez estoy más convencido de que un hecho pueder ser libre siempre que en él se manifieste la humanidad y siempre refleje la conciencia de un ser superior" (pág 153); "El que no es capaz de encontrar el lazo de unión con el que ama, ¿cómo puede encontarlo con los que no ama? Kafka lo sabía y estar al lado de la mujer amada significaba para él estar al lado de las personas, convertirse en una de ellas, participar de su orden." (pág. 178). En fin, que parece que Klima, a casi veinte años de la publicación de su libro, mantiene sus opiniones o se hace más o menos las mismas reflexiones. A las personas dubitativas, nos reconforta a veces encontrarse con criterios firmes sobre aspectos de la vida que hemos atisbado en nuestro interior pero no siempre sabemos expresar. Gracias por recordarme éste libro.

12:07 AM  
Blogger francisco aranguren said...

Hola Nile. Yo soy dubitativo también. Pienso una cosa y luego pienso otra. No sé. Y es porque el corazón está lejos y la protagonista es la mente (el silogismo). Un amigo me decía hoy: para decidir, lo mejor es hacer una lista y poner puntos positivos y restar negativos. Parecería una ciencia exacta.
Quizás Klima no duda porque llegó a esas conclusiones con el corazón y no con la cabeza: la cabeza nos hace dudar (sopesa argumentos), en cambio, el corazón conoce la verdad. "Permanecer con alguien" es un acto de libertad. Al menos él lo ha vivido de esa manera. Ha elegido vivir con alguien y siente que ha sido libre al hacerlo (no ha sido impulsado por la pena, por la culpa, por el miedo a las escenas, la complicación emocional...). Eso es lo importante: ha vivido esa elección desde la libertad. En tal caso, ya no cuentan los argumentos, pues estamos ante una experiencia vital.
Elucubro sobre eso, pues me das pie a ello, y gracia por ello y por la referencia el libro. Saludos.

4:22 PM  

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