Como minúsculas ataduras, los mil miedos me tienen pegado al suelo. Cada pequeña cuerda puede ser fácilmente liberada. Una a una. Y me levantaré como un gigante entre los poderosos enemigos que fabricó mi imaginación. Basta levantarse para verlos y ver su tamaño.
3 Comments:
Si eres capaz de ver la posibilidad de acabar con ellos, no son tan poderosos. Aunque sean mil.
O será que no tienes miedo al miedo.
Es que recuerdo como Gulliver, al estar atado, no podía girar la cabeza y únicamente sentía la imposibilidad de moverse. A veces pienso que existe una realidad que no podemos ver, pero que está ahí por más que no la veamos. Únicamente nuestra postura nos impide acceder a ella. Bastaría girarse. A veces podemos sentir, como Gulliver, que no estamos solos, que hay una presencia a nuestro alrededor. Probablemente es una presencia amorosa que nos ayuda.
Ahora se me ocurre que a lo mejor esas ataduras que sentíamos ya no están y seguimos en esa posición por inercia, como el caballo al que ataron y no se mueve de del sitio aunque ya no se le ate. Ésta sola idea, en parte, ya es liberadora para mí.
Entiendo que eso es lo que dices: "ver la posibilidad", creer, es ya crear una realidad liberadora. Elijo creer en eso, en poder soltarme del miedo.
Excelente elección.
La envidio...
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