Friday, March 02, 2007

SOÑABA CON SER UN ARTISTA

Mi sueño era ser un artista. Soñaba con ese don. Pero no lo tengo. Soy un vulgar aficionado. A fuerza de trabajar, podría llegar a lo más a pintar pasablemente, pero no podría engañarme la soberbia. Hasta hoy no he vendido ni un cuadro. Ahora sé que puedo seguir pintando, pero que no llegará la obra de arte. Mi pintura es correcta...nada más.
No lo he querido ver hasta ahora que he notado las risas ante mis últimas creaciones. Hasta ahora me engañaba. Me falta técnica, no sé pintar. Era divertido creerse un artista sin obra, entregarse a la inspiración, a la musa del momento. Pero no es un trabajo sólido. Carezco de formación. No sé pintar. Mi trabajo no peor que el de otros pintores de la calle, pero ¿es vender cuadros hechos como churros lo que quiero?
Hay que trabajar tanto, hay que romper tantos bocetos, hay que preparar tanto cada obra. No puedo. Me falta tiempo, voluntad. No tengo la genialidad suficiente. Me asaltan las dudas: yo quería ser artista y no un concienzudo artesano. Un autor mediocre. ¿Merece la pena pasar tantas fatigas para ir tras de una sombra inalcanzable? Demasiado trabajo, nadie que lo aprecie, ni yo mismo siquiera. Es puro engaño del orgullo, dice mi sombra. Trabaja más duro, dice otra voz. Sé responsable: aprende la técnica, aunque resulte aburrida, pesada, monótono. Ejercítate una vez y otra, hasta que el ejercicio salga solo. Entonces, sólo entonces, dominarás tu arte y podrá salir afuera tu don. Podrá materializarse si a tí mismo te trabajas. Sin pausa. Empezando una y otra vez. Con humildad, cultivando el deseo de alcanzar tu obra.
Recomenzar, de fracaso en fracaso. Corregir el tiro, apuntar al centro. Ese es el trabajo: afinar el instrumento del arte.

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home