Sunday, December 21, 2008

EVITA EL CUERPO A CUERPO


A veces el otro busca el cuerpo a cuerpo, te provoca para entrar en ese lugar donde podrá propinarte los golpes, y tú -que has recibido instrucciones en tu esquina- mantienes la distancia, punteas con la izquierda, utilizas tu juego de piernas, fintas, amagas y te zafas cuando te pretende acorralar entre las cuerdas. No es que rehuyas el combate, sino que no quieres hacer su combate. El tuyo es ese, mantenerte fuera del alcance de sus golpes bajos al hígado, esos que a otros han tumbado. Evitar su juego sucio. Mantener la distancia, puntuando, soltando jabs de izquierda y conservando la guardia alta, hasta que llegue tu momento para, en un juego rápido, doblar con la derecha. Una y otra vez, repitiendo, colocando los golpes precisos (él tiene más potencia pero en su furia descuida la guardia y ataca alocadamente). Tú conserva la calma -le ha dicho su entrenador- y boxea. Que él haga el gasto. El correr de los minutos te favorece. Cada puñetazo al aire le va cansando más, cada vez que te sales de su abrazo, cada vez que evitas caer en su trampa, más nervioso lo pones y así vas ganando el combate. Punto a punto. Cansándole, minando su seguridad. Sus puños pesan más, pero tú tienes paciencia.

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